miércoles, 3 de septiembre de 2008

Una parte de mi vida


Se dice que el verano es época para enamorarse… y yo no fui la excepción. Nos conocimos en la playa Puerto Viejo, y nos seguíamos viendo en las reuniones y en las discotecas de Asia. Lo mejor del verano fue en el santo de dicha persona, donde él hizo una fiesta con todos sus amigos y amigas, y cuando todos sus amigos se dirigían hacia la carretera, el prefirió quedarse conmigo y ver las estrellas en la orilla de la playa. Esa noche vimos una estrella fugaz.

Y así pasaron los días y las noches, hasta que un día quedamos para estar juntos. De esta manera comenzaron los días más felices de mi vida con cenas, almuerzos, regalos especiales, sonrisas y risas. Aprendimos más de cada uno de nosotros, entre ellos nuestras virtudes y nuestros defectos, nuestros anhelos y nuestras desganas, nuestras victorias y nuestros fracasos. Sin embargo, aprendí también que no todo en la vida es color de rosa. Así como siempre hay risas, también hay llantos y lágrimas.

Mi mamá siempre dice que todo tiene solución en esta vida, menos la muerte. Además, todos los problemas que se tiene en la vida se puede solucionar con la comunicación. Solo que a veces los hombres no nos entienden y a nosotras nos gusta hacer absolutamente todo más complicado. Pero la historia tiene un final feliz (hasta ahora), y todavía seguimos juntos. Solo un consejo, los hombres y las mujeres son totalmente diferentes, pero ninguno puede vivir sin el otro.

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