miércoles, 15 de octubre de 2008

El amante de carros


Pepito Pérez reconoce las marcas de los carros escuchando solo el sonido del motor. Qué tamaño tiene, cuantos caballos o cuantos cilindros, a qué velocidad está yendo o cuantas revoluciones. Con solo el sonido del motor sabe si el carro es nuevo o antiguo, y les adivina si tiene algún problema. A Pepito no es mecanico ni corredor de carros, pero le gusta trabajar ellos. Trae carros chocados desde Estados Unidos y los manda a arreglar en algún taller de Lima.
Durante el tiempo que se demoran en traer los carros, a Pepito le gusta ir a fiestas con sus amigos. Le encanta salir todos los días a divertirse, a tomar algunos tragos y planear fiestas para otros amigos. –A qué hora regresaste ayer, hijito—le dice su mamá a la hora de almuerzo. Y Pepito le explica que no se dio cuenta que era muy tarde, hasta que vio que poco a poco salía el sol.

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